Un poco de historia nunca
está de más. De siempre es sabido que las monjas de clausura
son unas expertas en repostería. Las antiguas culturas griegas y romanas ya
apreciaban considerablemente la repostería, y entre sus costumbres gastronómicas incluían platos dulces como los
que acababan las comidas.
Es curioso observar la
similitud existente entre sus recetas y las nuestras actuales y parte de ello
es gracias a las monjas que has sido las encargadas de guardar durante años.
Estas rosquillas son crujientes y muy finas, acompañan muy bien un
licor o un café, y son súper fáciles.
INGREDIENTES
250 gr de harina
150 gr de azúcar
6 huevos
2 cucharadas de aceite
1 cucharada de anís en grano
PREPARACIÓN
En primer lugar, se fríen las dos cucharadas de aceite y de deja
enfriar.se muele el anís.
Se baten los huevos con el azúcar
se añade el aceite y el anís, después, poco a poco la harina Se trabaja
la masa hasta que no se pegue a los dedos .Se divide en bolitas, a las que
haremos un agujero en el centro con el dedo.
Se colocan en una bandeja con papel de horno, se dejan reposar en un
lugar templado media hora tapadas con un paño para que suban. Después se pintan
con huevo, se meten al horno precalentado a media altura, unos 30 minutos o
hasta que estén doradas, se dejan enfriar
Y BUEN PROVECHO
A las rosquillas tontas no se le pone levadura?
ResponderEliminarhola,no llevan levadura al reposar ellas aumenta el tamaño
Eliminar